Los fundamentos de una dieta sana regular

Todo el mundo quiere estar sano, y todos sabemos que comer bien es esencial para conseguirlo. Comer correctamente implica algo más que simplemente obtener los nutrientes que nuestro cuerpo necesita para estar sano: también implica disfrutar de lo que comemos. Es factible combinar ambas posibilidades con una dieta diaria que sea satisfactoria, completa, equilibrada y sostenible.

En general, mejorar nuestra dieta no requiere una gran revolución ni medidas extremas. Con unos sencillos cambios de comportamiento, podemos comer sano cada día sin seguir una dieta rígida. Utilizar estas sencillas sugerencias es un enfoque excelente para empezar a llevar una dieta nutritiva todos los días.

1. Hacer planes de comidas

El método más sencillo para tener una comida equilibrada es programar la dieta con antelación, por días o semanas. Es bastante sencillo dejarse llevar cuando tenemos hambre y comprar comidas preparadas o comer lo primero que encontramos en casa. Mantener una dieta diaria suficiente y asignar las cantidades semanales necesarias de cada comida es más sencillo con un menú bien definido.

2. Cocinar

Es mucho más sencillo meterse en la cocina cuando nuestra dieta diaria está programada. Puesto que tenemos control sobre el proceso de cocción y utilizamos productos frescos, cocinar es fundamental para una dieta equilibrada. A la hora de cocinar, debemos dejar los fritos para ocasiones excepcionales y dar prioridad a métodos como el salteado, la cocción al vapor, el horneado y la plancha.

La dieta mediterránea, que se centra en las verduras, las legumbres, el pescado, los huevos, los frutos secos y otros alimentos sencillos, baratos, rápidos y deliciosos para disfrutar a diario, es una magnífica guía para llevar una dieta diaria saludable.

3. Consuma mucha fruta y verdura

Al menos cinco raciones de fruta y verdura al día -dos raciones de verdura y tres de fruta- deben incluirse siempre en la dieta. Cada día, y si es posible, en cada comida, debe haber abundancia de verduras en la mesa. Para aprovechar plenamente todos los nutrientes y la fibra que ofrecen las frutas, es preferible comerlas enteras, incluida la cascara.

Las verduras deben constituir la mitad del plato en el almuerzo y la cena. Las verduras pueden ser el plato principal o la guarnición ideal de otra cocina. Pueden asarse, saltearse, cocinarse al vapor y combinarse en ensaladas.

De postre, nada mejor que una pieza de fruta completa.

4. Añada proteínas adicionales procedentes de las verduras

Los principales protagonistas de una dieta diaria saludable son los alimentos vegetales. Además de frutas y verduras, se pueden consumir otros alimentos vegetales como cereales, legumbres, frutos secos y tubérculos. Estos tres últimos elementos en particular son bastante ricos en proteínas vegetales. Se pueden obtener buenas proteínas, por ejemplo, consumiendo cereales y frutos secos o legumbres y cereales durante el día.

En este sentido, las legumbres son muy fascinantes. Por ello, se recomienda tomar tres o más raciones de legumbres a la semana.

5. Ingiera cereales integrales

Los cereales son una de las principales fuentes de hidratos de carbono en una dieta diaria equilibrada. Según el nivel de actividad física, los hidratos de carbono deben constituir entre el 50% y el 60% de las calorías totales consumidas. Aportan la mayor parte de la energía necesaria.

Los cereales integrales aportan muchas más ventajas para la salud que los refinados. Los cereales integrales son más ricos en vitaminas y minerales que se encuentran en el germen y contienen toda la fibra que se encuentra en el salvado. Su azúcar en sangre no se dispara bruscamente debido a la fibra, que ralentiza la liberación de sus azúcares.